La etapa continental del Sínodo de los Obispos 2021-2024 está siendo animada por la exhortación bíblica tomada de Isaías 54:2: «Ensancha el espacio de tu tienda«. Para la presidenta de la Conferencia de Religiosos de Brasil (CRB), la hermana Eliane Cordeiro, la imagen de la tienda es un signo de abrazo. «Cuando ensanchamos, como nos pide el profeta Isaías, ensanchamos para abrazar, para que todos quepan en esta tienda», afirmó.
Ensanchar la tienda para la hermana, como metáfora aplicable a la Iglesia, es buscar una experiencia eclesial que acoja a todos: mujeres, sacerdotes casados, población LGBTQIA+, gente de la calle, pueblos originarios. «Lo más contrario al proyecto de Jesús es la clausura en una Iglesia jerárquica y clerical. Cuando hablamos de ensanchar la tienda, estamos diciendo que en la Iglesia de Jesús es necesario dar cabida a todos», subrayó.
Itinerancia y misión
La tienda también simboliza, según la religiosa, la itinerancia de la Iglesia. «No estamos fijos, estamos dispuestos, disponibles y desposeídos para desmontar la tienda y montarla en otro lugar donde estén los gritos de los más vulnerables y de nuestros hermanos y hermanas en muchas situaciones de sufrimiento», dijo.
La espiritualidad de la tienda, subrayó la hermana Eliane, “es la espiritualidad de la acogida y de la itinerancia, donde hay sitio para todos». Para la presidenta de la Conferencia de Religiosos Brasileños, la Iglesia como lugar que abraza y se mueve al mismo tiempo, apunta a un momento muy hermoso que se está viviendo con el Sínodo sobre la Sinodalidad.
Sobre la espiritualidad del Sínodo, la religiosa dijo que es una nueva forma de vivir el proyecto de Jesús, que es su Iglesia, abierta a todos, participativa y que escucha. Recordó que en el primer día de la Asamblea Regional del Cono Sur se trataron dos dimensiones de la Iglesia: «como pueblo de Dios» y «pneumatológica».
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«El Espíritu Santo, la Ruah Divina, es lo que nos mueve, ilumina y anima a seguir adelante. San Pablo nos recuerda en la Carta a los Romanos 5,5 que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Por eso, creemos que el Espíritu Santo conduce a su Iglesia a ser más evangélica, más auténtica, más comprometida y más parecida a la Iglesia de Jesús. El Espíritu es el alma de la Iglesia y lo que nos mueve a caminar, a avanzar, a convertirnos para ser más hermanos e hijos de este Dios que es Padre y Madre», señaló.