El laico, Rafael Luciani, miembro de la Comisión Teológica de la Secretaría General del Sínodo, desde la fase continental en Latinoamérica menciona la importancia de vivir en la Iglesia la conversión en las maneras de comunicarnos y relacionarnos para formar una nueva cultura eclesial.
De nuestro corresponsal especial de Vatican News en Bogotá, Johan Pacheco
“Uno de los elementos que ha surgido con mucha novedad es el modo, el proceso que se ha seguido a lo largo de este mes para elaborar el documento”, expresó Rafael Luciani -Miembro de la Comisión Teológica de la Secretaría General del Sínodo-, considerando la valiosa forma de consulta al pueblo de Dios, durante las diversas fases del sínodo.
“Algo que ha surgido en las dos primeras fases, diocesana y la continental, es que muchas personas estaban sorprendidas de que era la primera vez que se les consultaba en la Iglesia. Y es algo que nos debe llamar la atención y a la conversión como Iglesia, que esto sea una manera permanente de ser, actuar y proceder: la escucha”, dijo Luciani en entrevista a Vatican News – Radio Vaticana.
Según el teólogo venezolano, el camino de conversión hacia una nueva mentalidad y cultura eclesial ha comenzado, y aunque quizás dure más tiempo en consolidarse, “será muy difícil regresar a modelos anteriores. Cuando la gente siente que su palabra es tomada en cuenta y que se empodera, de esa manera de relacionarse con la institución, eso hace que la persona empiece a actuar con un poco más de profecía o parresia, porque tiene el derecho y el deber hablar como bautizado. Esa es la conciencia que está emergiendo poco a poco”.
Rafael Luciani, destaca que hay dos espetos que en el camino sinodal debe vivir, el proceso de conversión en “las maneras en que nos comunicamos y relacionamos”. Explica que la frase “caminar juntos”, quiere expresar “un camino en conjunto que implique orar juntos, trabajar en el discernimiento juntos, formarnos juntos, de manera tal que la dinámica invita a este cambio de relaciones y cambio de modos de comunicación”.
A ello añade, la importancia de “reformar estructuras que actualmente siguen siendo de una manera piramidal y vertical y que no responde a favorecer a este modo comunicarnos y relacionáramos en una Iglesia sinodal”.